VALOR DEL MES DE ENERO "HONESTIDAD"

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La honestidad debe ser resultado de una elección personal, es una manera de actuar que adoptamos libremente porque consideramos que es lo mejor. A veces, se trata de una decisión difícil, pues trae consigo una pérdida o un sacrificio.  Ser honesto significa, pues, decidir que vamos a conducirnos con rectitud, justicia y honradez frente a los desafíos que nos plantea la realidad; quiere decir que no vamos a mentir, robar, engañar o hacer trampa, aun cuando esto nos pueda producir algún beneficio.


La vida diaria contiene infinidad de situaciones que ponen a prueba la honradez de las personas. Pagar nuestras deudas, cumplir una promesa, no aprovecharnos de los demás, hablar con la verdad, no apropiarnos de cosas que no nos pertenecen, no engañar a los otros para obtener una ventaja; tales son algunas de las manifestaciones de este valor.
Pero ¿qué sucede cuando vemos a nuestro alrededor a personas que mienten, roban y hacen trampa sin que nadie les diga nada? ¿Por qué tenemos que ser honestos si hay quienes no lo son? ¿Por temor al castigo?
Como ya dijimos, la honestidad es una decisión personal. Quizá haya quien actúe honestamente para que no lo sancionen, lo regañen o lo encarcelen; sin embargo, los hombres y las mujeres realmente honestos actúan porque saben que este valor los hace mejores como personas, les permite estar en paz con su conciencia y los convierte en individuos confiables e íntegros ante los demás y ante sí mismos. El filósofo alemán Immanuel Kant, quien era un hombre de una gran honestidad personal, consideraba que este valor no sólo podía hacernos felices, sino que también permitía que la sociedad funcionara correctamente. “No hay mejor política que la honradez”, decía.  
¿Y tú qué piensas…?
• ¿Consideras que ser honesto es fácil?
• ¿Crees que la sociedad sería mejor si todos los ciudadanos practicaran la honestidad?
• ¿Te has enfrentado a situaciones en las que te viste obligado a mentir? ¿Cómo te sentiste?
• ¿Crees que ser honestas haga mejores a las personas? ¿Por qué?  

Fuente: Valores Fundación Televisa

VALOR DE DICIEMBRE: RESPONSABILIDAD

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La responsabilidad es mi valor

Una persona responsable es capaz de responder y enfrentar con inteligencia, esfuerzo, interés, creatividad y convencimiento las situaciones que se le presentan en la vida de acuerdo con su edad y actividad. Por ejemplo: lo que se le solicita en la escuela, en el ambiente familiar o en su trabajo, siempre que esa solicitud sea razonable y respetuosa. También es capaz de responder ante las oportunidades que se le abren y ante las metas que ella misma se ha fijado, como el músico que desea dominar la ejecución de un instrumento o el gimnasta olímpico que aspira a obtener una calificación perfecta. Del respeto y la estimación que tenga cada persona por sí misma depende la responsabilidad que adquiere frente a los demás. Por otra parte sólo siendo responsable puede pedirles a los otros que lo sean y construir una comunidad sólida y próspera donde cada quien haga con excelencia aquello que le corresponde.



Viviendo el valor

El valor de la responsabilidad se relaciona con la idea de respuesta, y se ejerce cuando cada persona ofrece una actitud adecuada a las tareas que le corresponden. En algunos casos exige superar las dificultades necesarias para conseguir un objetivo. En su sentido más profundo se vincula con el respeto a los compromisos que hicimos con las demás personas y con la tarea de definir la dirección de nuestra propia vida.


Muchas cosas dependen de ti

Cada una de las personas que pueblan el mundo desarrolla sus propias tareas a diario. Éstas, como puedes ver a tu alrededor, suelen ser muy variadas: el albañil acude a la obra que está construyendo, el policía vigila el orden de las calles, el estudiante aprende en la escuela y en sus libros. Ser responsable significa hacerlas con excelencia, depositando en ellas nuestras mejores cualidades: lograr que la construcción sea segura y hermosa, procurar que las personas se sientan seguras al atravesar, aprovechar al máximo las clases que nos da el maestro. Cuando nos pregunten de qué forma hemos cumplido con esas tareas, daremos una respuesta segura: pusimos todo nuestro empeño en ellas. Pero la responsabilidad también existe hacia adentro. La mayor tarea que tenemos como seres humanos es hacer algo brillante y valioso de nuestra vida. La reflexión nos permite verificar si lo estamos haciendo así, y orientar nuestro esfuerzo en el mejor sentido.

VALOR DEL MES DE NOVIEMBRE: "CONFIANZA"



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Definición: 1.f.  Esperanza firme que se tiene de alguien o algo. 2. f. Seguridad que alguien tiene en sí mismo. Realización. 1. f. Acción y efecto de realizar o realizarse. Realizarse. 4. prnl. Sentirse satisfecho por haber logrado cumplir aquello a lo que se aspiraba. Superación.
-Diccionario de la Real Academia Española.

 Una persona confiada es aquella que da por ciertos todos esos valores positivos en sí misma y en las demás. Tiene seguridad y mira con fe los aspectos valiosos de los seres humanos, por lo que espera que todos tengan una conducta favorable. La confianza debe estar basada en lo que observamos en quienes nos rodean. Cuando no es así puede ligarse a la ingenuidad o la ilusión y permitir que nos engañen, entonces ya no es un valor, sino un punto débil de nuestro carácter. El secreto es saber hallar el matiz preciso. Si no confiamos en nadie, ni en nosotros mismos, la vida es dolorosa e imposible. Si nos dejamos guiar por las ilusiones corremos riesgos. La objetividad al reconocer los valores propios y ajenos hace que la confianza tenga bases más sólidas y nos permita correr más rápido, saltar más alto, ser más fuertes.

Una sensación de seguridad
La vida de todos los días y los acontecimientos excepcionales están llenos de retos y desafíos para cada uno de nosotros. En realidad nunca sabemos bien qué nos espera en el futuro inmediato, cuando salimos de casa, o a largo plazo, digamos en cinco o diez años. En realidad resulta imposible saber lo que habrá de ocurrir, porque el mundo está hecho de riesgos y cambios constantes: nuestra familia, nuestra escuela y ciudad se modifican a cada instante. Esos cambios pueden ser positivos o negativos y a veces pensar en ellos, o vivirlos cuando son ya una realidad, provoca miedo e incertidumbre. ¿Qué podemos hacer si nada parece demasiado seguro? La respuesta es muy sencilla: confiar en nosotros mismos, en nuestra fortaleza y poder de adaptación, en nuestra capacidad de responder a los retos que nos pone la vida. Aunque ninguno de nosotros es un superhéroe y todos estamos sujetos a fallas y errores, siempre debemos estar seguros de que nuestros conocimientos, nuestros valores y nuestros principios son un escudo protector que nos permite avanzar a salvo por la vida. Quien no confía en sus propias fortalezas no puede obtener avances. Quien sabe reconocerlas se supera día con día, cumple sus metas y logra realizarse: llevar a cabo sus proyectos más importantes, ser cada día mejor persona e ir más allá de sus posibilidades actuales.

Extremos contrarios

• Una persona desconfiada avanza siempre a pasos inseguros.
• Quien no realiza sus sueños sufre frustración y amargura.
• Los conformistas nunca emplean su genuino potencial humano.

Problemas para pensar

En la base de una familia feliz está el valor de la confianza. Ésta es un elemento crucial para la pareja que la conforma y la sustenta. Cuando nacen los hijos los padres deben confiar en sí mismos como educadores y en el potencial de desarrollo que hay en ellos. Mientras en las generaciones anteriores inculcar miedo o temor al castigo en los pequeños era una estrategia básica de educación, hoy sabemos que la apertura, el acercamiento y la comprensión con los hijos ofrece verdaderos logros. La mejor forma de criar hijos seguros de sí mismos y una estructura de personalidad sólida consiste en ofrecerles certeza y seguridad como padres: atender sus necesidades, escucharlos y ser sensibles a sus problemas, así como manejar bien el margen de libertad y responsabilidad que les damos.  




VALOR DEL MES DE OCTUBRE


El respeto de los niños y las niñas

Al no encontrar lugar para estacionarse, una mujer decide ocupar un espacio reservado a personas discapacitadas, pese a que ella no padece discapacidad alguna. Alrededor de las doce de la noche, un muchacho que vive en un edificio de departamentos pone a todo volumen la música de su banda de heavy metal favorita. Un señor llega a la taquilla de un cine y, en lugar de formarse como el resto de la gente, se mete a la fuerza en la fila argumentando que faltan cinco minutos para que comience la película. Mientras una niña le cuenta algo importante a su mejor amiga, ésta saca su teléfono celular y comienza a enviar mensajes de texto. Durante la clase de Física, cuando el maestro se encuentra hablando, varios alumnos conversan entre sí en voz alta.
¿Qué tienen en común todas estas situaciones? Los ejemplos anteriores muestran algunas de las muchas formas que adopta la falta de respeto. En estos casos, una o varias personas actúan de acuerdo con sus propios intereses y sin tomar en cuenta los deseos, derechos o sentimientos de los otros. El respeto es la base de la auténtica convivencia. Sin él, las relaciones sanas y pacíficas entre las personas no son posibles. De hecho, la sociedad entera no puede funcionar adecuadamente si carece de dicho valor, pues vivir en comunidad significa tomar en cuenta los intereses y necesidades ajenos.
Dicho respeto debe ser, además, recíproco, esto quiere decir que así como nosotros estamos obligados a respetar a nuestros semejantes, ellos deben respetarnos también. Resulta fundamental comprender que el respeto no significa solamente ser amables con los demás. Dicho valor va más allá de no ocupar los lugares para discapacitados, no meterse en la fila del cine y decir “por favor” y “gracias”. Todas estas son valiosas muestras de cortesía y buena educación.
Sin embargo, el verdadero respeto tiene que ver con algo más profundo: significa reconocer que todas las personas son valiosas, que tienen los mismos derechos innatos, que poseen dignidad humana. Discriminar a alguien, menospreciarlo, humillarlo, ignorarlo, burlarse de él, privarlo de su libertad, tratarlo como un ciudadano de segunda… Todas son expresiones de una misma actitud negativa que nos impide convivir en paz y armonía.  
¿Y tú qué piensas…?
• ¿Piensas que eres una persona considerada? ¿Por qué?
• ¿Cómo es el ambiente en tu escuela? ¿Es un lugar donde la gente se trata con respeto?
• ¿Qué podría hacerse para que exista mayor respeto en tu centro de estudios?
• ¿Crees que este valor mejora la convivencia entre los individuos? ¿De qué manera?  

 

Podríamos pensar que faltar al respeto es simplemente tener malos modales.

Claro, hablar con la boca llena, presentarnos sucios a la escuela o el trabajo, o empujar a los otros para pasar son conductas irrespetuosas. Sin embargo, significan poco en comparación con las verdaderas faltas de respeto: tocar a alguien sin su consentimiento; burlarnos de una religión, de un trabajo o una forma de vida diferente a la nuestra, querer utilizar a los demás como medios para nuestros planes, abusar de quienes estan en desventaja (los ancianos, las personas enfermas, los niños muy pequeños, los animales).
Debes evitarlo siempre. A veces, la mejor forma es seguir las reglas. Pero pensar siempre “debo hacer esto”, “no debo hacer lo otro” es solo el primer paso. El gran progreso en la búsqueda del respeto no esta en la inteligencia, sino en el corazón: el amor a los demas sirve de guia e inspiracion para cuidarlos y honrarlos por formar parte de la vida. Una persona respetuosa sabe valorar y reconocer adecuadamente a qué tiene derecho y a qué no lo tiene. A partir de ese reconocimiento, acepta las reglas impuestas por el mundo externo y evita apropiarse o dañar aquello que no le pertenece. Ello no se refiere sólo a los objetos materiales, sino a todo aquello que es un derecho de los otros: su vida, su integridad física, su vocación profesional, sus decisiones, su libertad y proyectos más importantes.
El respeto evita que pensemos sólo en nosotros mismos e invadamos el terreno de las personas que nos rodean. Este valor también se aplica a nosotros mismos: nos invita a reconocer nuestra dignidad humana y a evitar todo lo que nos daña, como el consumo de drogas o alcohol. Ser respetuoso es relacionarse de una forma delicada y creativa con los demás y requiere sensibilidad, imaginación, simpatía y generosidad.  

 

Reglamentos olímpicos

Hoy, cuando observas los eventos olímpicos como las competencias de cada disciplina y las brillantes ceremonias de inauguración y clausura, con seguridad admiras el perfecto orden en que ocurre todo y el ajuste de cada participante a las normas. Si investigas un poco sabrás que todas las prácticas deportivas que se presentan en ellos cuentan con un estricto reglamento que ha sido elaborado a lo largo de muchas generaciones. Tú mismo sabes que los deportes que practicas, como el beisbol, el básquetbol y el futbol tienen reglas que es indispensable respetar para que todo funcione de una manera regular, ordenada y justa. ¡Pero hace un siglo no era así! En el inicio de los Juegos Olímpicos los reglamentos no existían y todo era un completo desorden, al grado que los pusieron en riesgo de desaparecer. En las ediciones de Atenas, (1896), París (1900) y Saint Louis Missouri (1904) los criterios de selección deportiva no existían ni había forma de determinar que los participantes eran los mejores en su especialidad. La organización también era un desastre. En París los eventos se confundieron en medio de la Exposición Universal y en Saint Louis se perdieron en los ¡cinco meses! que duró la Feria Mundial. 

VALOR DEL MES DE SEPTIEMBRE: GRATITUD



La gratitud es un valor familiar muy importante. Dar las gracias es aceptar, dar valor y celebrar aquello que tenemos o que nos regalan. queremos ayudarte a educar a tus hijos en la gratitud. El agradecimiento nos une y nos conecta con los demás, y nos enseña a ser generosos con todo lo bueno que la vida nos ofrece.



JUSTICIA VALOR DEL MES DE ABRIL

Virtud que inclina a dar a cada uno lo que le pertenece o lo que le corresponde.

Se relaciona con:
Derecho, razón, equidad. Lo que debe hacerse según el derecho o la razón. Pena o castigo y su aplicación. Poder judicial. com. Persona o tribunal que administra justicia.
—Diccionario de la Lengua Española, Vigésimo segunda edición.

La justicia de los niños y las niñas

Si no existiera la justicia viviríamos en un mundo sin orden ni leyes. Nadie respetaría la vida de sus semejantes ni iría a la cárcel cuando cometiera un delito. Cualquiera podría entrar a tu casa y llevarse tus cosas, los maestros te pondrían la calificación que se les antojara sin importarles cuánto sabes, nadie estaría obligado a cumplir sus promesas y los partidos de futbol siempre acabarían a golpes, pues ninguno de los dos equipos tomaría en cuenta el marcador. En una realidad así sólo sobrevivirían los más fuertes, pues al no haber normas, acuerdos o reglamentos, la única manera de conseguir lo que quisiéramos sería mediante la violencia, la intimidación o el abuso. Por fortuna, la justicia existe. Y aunque eso no significa que las personas se comporten siempre de manera justa o que en la sociedad nunca haya desacuerdos, lo cierto es que la mayoría de nosotros preferimos que reine el respeto, la armonía y la paz. A todos nos molesta que no nos tomen en cuenta o nos den menos de lo que merecemos (o creemos merecer). También solemos indignarnos cuando alguien es tratado de manera arbitraria o fue privado de alguno de sus derechos. Esto sucede porque el valor de la justicia vive en nosotros y nos sentimos afectados cuando vemos que alguien actúa de manera injusta. El caso de fray Bartolomé de las Casas, un fraile dominico que llegó a tierras americanas a principios del siglo xvi, es un buen ejemplo de cómo este valor nos motiva a ser mejores. Nacido en Sevilla en 1484, Bartolomé fue testigo del trato inhumano dado a los indios por los españoles en el llamado Nuevo Mundo. Dicha injusticia le produjo un gran enojo, motivándolo a luchar a lo largo de su vida en favor de los indígenas. Gracias a su esfuerzo se promulgaron leyes para protegerlos. Hoy se considera a este hombre como uno de los precursores de los derechos humanos.  

¿Y tú qué piensas…?

• ¿Consideras que vives en una sociedad justa?
• ¿Conoces algún caso de injusticia que se haya cometido en tu comunidad o en tu escuela?
• ¿Por qué consideras que es importante la justicia?
• ¿Qué crees que se pueda hacer para que la sociedad sea más justa?  

 La justicia es mi valor

Una persona justa conoce las normas y leyes vigentes de la comunidad, el municipio, la ciudad, el estado y el país donde vive y las hace valer en tres sentidos: 1) las respeta en su conducta diaria; 2) exige que se respeten en los asuntos que le conciernen; 3) procura que se respeten en el caso de las demás personas, en especial cuando se hallan en desventaja. En otras palabras, protege y respeta los derechos ajenos y exige que se protejan y respeten los suyos. El valor de la justicia no se limita a los asuntos legales, se extiende a la vida diaria procurando que cada quien reciba lo que le corresponde y tomando decisiones que no afecten negativamente a los demás.

¿Lo sabías?

Una de las misiones esenciales de todo gobierno es impartir justicia. En México el poder judicial es uno de los tres que dirigen el rumbo de la nación. Los otros dos son el ejecutivo (el presidente) y el legislativo (las cámaras de diputados y senadores). Su máxima instancia es la Suprema Corte de Justicia de la Nación que se encarga de cuidar el equilibrio entre los poderes y solucionar los asuntos judiciales más importantes. No existe ningún órgano por encima de ella ni recursos que puedan oponerse a sus decisiones. Está conformada por once ministros y es presidida por uno de ellos. Éstos deben ser licenciados en derecho, honorables, eficientes y capaces, con buenos antecedentes como defensores de la justicia y una trayectoria libre de manchas.

AMISTAD VALOR DE FEBRERO




AMISTAD

. Afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato.

-Diccionario de la Real Academia Española.

La amistad es mi valor

Una persona amistosa y sociable es capaz de establecer relaciones con los demás caracterizadas por la libertad, la creatividad, la comprensión y la comunicación profunda de lo que nos parece más importante. El valor de la amistad nos dispone a ser amables y afectuosos con los otros y a tener interés por ellos renunciando a la hostilidad y el egoísmo. Esa disposición debe existir dentro y fuera del grupo del que formamos parte e impulsarnos a establecer vínculos incluso con quienes nos parecen extraños, diferentes y ajenos. Se trata de hacer de nuestro corazón una “casa abierta” para todos y sentirnos, en general, amigos de las personas con la voluntad de acercarnos a ellas, conocerlas y entenderlas sin resistirnos, siempre y cuando no existan razones para hacerlo. La única razón para evitarlo es descubrir que la cercanía o la compañía de alguien puede ser destructiva o perjudicial; pero de allí en fuera ¡todos son bienvenidos en nuestra casa! ¿Qué haces para cultivar una planta? La siembras, la pones al sol, le quitas las hojas secas. Algo semejante ocurre con la amistad. Una vez que existe tienes que darle cuidados: guarda para ti las cosas que te cuentan tus amigos, diles siempre la verdad, dales las gracias cuando te ayudan y ayúdalos cuando lo necesiten. Es muy importante corresponder a lo que ellos hacen por ti. En muchas situaciones, como una competencia, la amistad se pone a prueba. Procura mantenerla más allá de ellas. Los principales riesgos que pueden “marchitar” una amistad son el egoísmo (pensar demasiado en ti sin fijarte en los demás) y el orgullo, que te impide ver las cualidades de los otros. El extremo contrario de la amistad es la enemistad, cuando dos personas buscan la manera de hacerse daño. Ésta sólo trae consigo soledad y tristeza.

¿Los Juegos de la Amistad?

Hasta antes de 1990 el mundo se hallaba dividido en dos bloques con diferente ideología política, el capitalismo y el socialismo, encabezados por Estados Unidos y la Unión Soviética. En 1984, cuando la sede de los fue la ciudad estadounidense de Los Ángeles, los países del bloque socialista decidieron boicotearlos no participando en ellos. Como alternativa crearon su propio evento deportivo llamado “Juegos de la amistad”, que después de una inauguración espectacular en Moscú se llevó a cabo en sedes de nueve países. Más allá de las hazañas de los deportistas estos Juegos representaron varios anti-valores, como la intolerancia, la enemistad y la falta de disposición para el diálogo como medio para resolver diferencias.

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Sócrates, Platón y Aristóteles: amigos para el estudio

En la antigua Grecia, hace casi dos milenios y medio, surgió una de las amistades más célebres en la cultura occidental. Fue la que sostuvieron los filósofos Sócrates y Platón El primero fue maestro del segundo y compartió sus conocimientos con él. Sócrates no dejó ninguna obra escrita, pero Platón decidió recuperar los hechos de su vida y los detalles de su pensamiento en una serie de obras filosóficas y literarias denominadas “Diálogos”, como, por ejemplo, la Defensa de Sócrates. Hoy día se cuentan entre los libros más importantes para la historia del pensamiento. Aristóteles fue discípulo y amigo de Platón, pero no compartía su visión del mundo y creó un sistema a partir de ideas propias. Así lo expreso en una frase: “Amo a Platón, pero amo más a la verdad”. Leída hoy día ésta es un buen ejemplo de cómo la diferencia de criterio no necesariamente marca el fin de una amistad. Incluso puede fortalecerla. Ser amigo también es respetar la diferencia de ideas y expresar con honestidad las propias.

El extremo opuesto

La enemistad es la aversión o rechazo que pueden tener dos personas entre sí por problemas o diferencias no resueltos o incluso por mero capricho, como al decir que alguien “nos cae gordo”. Cuando dos personas son enemigos se agreden verbal o físicamente, se dificultan la vida y dejan crecer un absurdo sentimiento de odio, siempre infundado. Aparte de esos problemas que empobrecen la convivencia, perdemos la oportunidad de conocernos mejor y tender lazos de ayuda y solidaridad. Si en la escuela o en tu barrio tienes un enemigo, acércate a él (con las precauciones necesarias) y proponle que aprendan a quererse. Si no acepta, no vale la pena que sea tu amigo.

¿Lo sabías?

Tan importante es la amistad que el tema ha interesado a los filósofos a lo largo de los siglos. Voltaire, un inteligente escritor francés del siglo XVIII , la veía como una especie de “contrato celebrado por personas sensibles y honradas”, con distintos compromisos y algunas exclusiones: no nos obliga a hacer algo que no queremos, ni puede orillarnos a conductas prohibidas o negativas (en ese caso no es amistad, sino abuso y complicidad). Voltaire también nos enseña que el rasgo central de la amistad es la virtud que no tienen quienes son meros compañeros de parrandas o travesuras, o los que se limitan a las relaciones superficiales sin un verdadero compromiso.

Entender el valor

Una segunda familia

En una situación ideal una persona está rodeada de su familia y cuenta con el apoyo de ésta. No se trata sólo de los padres y los hermanos, sino también de abuelos, tíos y primos que se reúnen, se ayudan, se divierten y resuelven los problemas en equipo. Sin embargo, hoy no todas las personas tienen esa fortuna pues las familias se han transformado mucho en los últimos años. A veces son muy pequeñas, a veces sus miembros están distanciados por motivos prácticos (por ejemplo, cuando viven en ciudades apartadas) o sus ideas e intereses no coinciden. En ciertas ocasiones incluso, están divididas por algún conflicto o problema en especial. ¿Qué camino queda en una situación así? Relacionarnos con personas que, aunque no lleven nuestra sangre, compartan valores, intereses y propósitos para construir un fuerte lazo de afecto que permita disfrutar juntos las alegrías y compartir las penas con soluciones creativas. Los amigos son la segunda familia que reemplaza a la primera o la complementa.

¿Ya lo pensaste?

La amistad no tiene reglas estrictas pues su base es el cariño y la buena voluntad. Sin embargo debemos esforzarnos para que siempre esté guiada por los valores que estamos conociendo en este libro. Debemos ser amigos sinceros: hablar siempre con la verdad. Debemos ser amigos confiados: esperar lo mejor de quienes se relacionan con nosotros. Debemos ser amigos humildes: reconocer nuestras fallas, torpezas e imperfecciones. Debemos ser amigos generosos: dar lo mejor que tenemos, entregarnos a los demás y saber perdonar. Debemos ser amigos solidarios uniendo los esfuerzos comunes, y amigos respetuosos de las decisiones y elecciones del otro.

Genio y figura

La Güera Rodríguez

Hermosa, inteligente y muy coqueta doña María Ignacia Rodríguez de Velasco (1778-1852) alias “la Güera Rodríguez”, pertenecía a la nobleza de la Nueva España. Su encanto e inteligencia le permitieron acercarse a figuras notables de su tiempo, como el explorador alemán Alexander von Humboldt, el libertador de América Simón Bolívar y el empeorador Agustín de Iturbide, quienes no pudieron resistirse a su encanto personal. Impulsó el proyecto para consumar la Independencia y cuenta la leyenda que tuvo numerosos romances con varios de sus admiradores.

La novia de México Vera Cáslavská (1942)

A lo largo de la historia de los Juegos diversos deportistas han establecido sólidas amistades e incluso relaciones amorosas, la expresión más elevada de la amistad. Tal fue el caso de la gimnasta Vera Cáslavská y el corredor Josef Odlozil. Ya eran novios antes de participar en los juegos de México, 1968 y prometieron casarse si ella retenía su título individual y él llegaba a la final de los 1,500 metros. Cada uno lo logró y el Comité Organizador los apoyó para realizar su enlace en la Catedral Metropolitana. Miles de asistentes y curiosos acudieron a presenciar la ceremonia y un conjunto de mariachis dio realce a la ceremonia. A partir de entonces Vera Cáslavská fue reconocida como “la novia de México” y la reina de los Juegos.

VALOR DEL MES DE ENERO "HONESTIDAD"

La honestidad debe ser resultado de una elección personal, es una manera de actuar que adoptamos libremente porque consideramos que es lo...